Los fans en el candelero: Sargeant Ranger Lopez

El 25.º aniversario de DOOM es el momento perfecto para rendir homenaje no solo a la franquicia sino también a los fans que han contribuido a convertir DOOM en lo que es hoy en día. Por esa razón creamos el Slayers Club, un punto de encuentro para jugadores de DOOM de ayer y de hoy.

Con independencia del juego concreto que los introdujera en la saga, todos los miembros del Slayers Club recuerdan perfectamente cómo se convirtieron en fans de DOOM. Es el caso de uno de sus mayores fans, Sargeant Ranger Lopez (quien nos asegura que se llama así de verdad). En esta edición de destacados de la comunidad del Slayers Club, hemos hablado con él sobre su amor por DOOM, su tradición del “Mes de DOOM” y lo que hace que esta saga sea tan especial para él.

“La verdad es que nunca me he parado a pensar el tiempo que lleva DOOM en mi vida”, nos asegura Sargeant, que se ha pasado la mayor parte de ella jugando a DOOM, desde que era niño. “Un amigo de la familia tenía dos hijos mayores que me cuidaban cuando no estaban mis padres. El mayor era el que más tiempo pasaba conmigo y me enseñó a jugar al ordenador”. Así fue como Sargeant se introdujo en una nueva experiencia lúdica: el primer DOOM (1993).

DOOM, con sus personajes únicos, su avasalladora banda sonora y unos gráficos 3D sin parangón en su época, era algo que Sargeant nunca había visto en un juego. “El combate descarnado, unido al sonido del metal que acompañaba a las muertes, era abrumador para mi joven mente, y me dejaba sumido en una especie de trance hipnótico en el que solo podía pensar que quería más”.

Nuestro protagonista nos cuenta que tuvo una infancia algo solitaria, sobre todo porque se educó en casa. “Durante aquellos años no pasé por la clásica experiencia de la escolarización, nunca tuve la oportunidad de enamorarme ni de tener una primera novia en el instituto. No tuve un grupo de amigos para salir los fines de semana. No hice nada emocionante ni digno de mención”.

Recuerda una noche de Halloween especialmente complicada en aquella época. Su padre era militar y estaba destinado en el extranjero, y su madre trabajaba, así que estaba solo en casa. “Al mirar por la ventana y ver a la gente que disfrutaba de la noche con sus disfraces, y al oír la atronadora música de la fiesta que se celebraba al otro lado de la calle, me sentí aislado”. Para distraerse, Lopez fue en busca de algo divertido a su colección de juegos y fue entonces cuando se encontró con DOOM 3, un juego que había comprado años antes. “Después de evaluar todas mis opciones, me quedé solo con él, el caballero del infierno que te mira aullando desde la portada de DOOM 3”.

Se pasó toda la noche jugando. “El combate descarnado, unido al sonido del metal que acompañaba a las muertes, volvió a ser abrumador para mi mente adolescente”. Fue en ese momento cuando se convirtió en un fan de DOOM con mayúsculas. “Guardo un recuerdo muy grato de aquello”. Después de una noche entera de juego, Sargeant logró terminárselo: eran las siete de la mañana. Literalmente, no se lo podía creer, así que se asomó por la ventana para ver si había amanecido de verdad.

Según nos cuenta, el juego le causó una impresión tan profunda aquella noche que se prometió que, a partir de entonces, jugaría a un juego de la saga todos los años. “Cada año jugaba a DOOM la noche de Halloween”, recuerda. Fue el comienzo de una tradición bautizada por él como “Mes de DOOM”. “Puede que fuese una tontería, pero sigo haciéndolo hoy en día, 14 años más tarde”.

Después de varios años pasándose de nuevo el juego cada mes de octubre, empezó a dominarlo. “Podía matar a los demonios antes de que apareciesen”. Pero su amor por DOOM 3 iba más allá de la diversión y la jugabilidad. Le atribuye el mérito de una nueva confianza que le impulsó a hacer cosas nuevas. Empezó a asistir a conciertos de artistas de rock metal como Marilyn Manson y a visitar las instalaciones de la NASA para informarse sobre futuras misiones espaciales.

La tradición del “Mes de DOOM” se mantuvo, pero pronto llegó la hora de cambiar DOOM 3 por otra cosa. “Cuando iba a salir DOOM (2016), me sentía como un crío la mañana de Navidad”, recuerda. Después de más de una década celebrando mi tradición con DOOM 3, ¡al fin tenía la perspectiva de jugar a un nuevo título de la saga!”. La tradición de Sargeant se repitió de manera anticipada el día del lanzamiento del juego, en mayo de 2016. “Estuve el día entero jugando sin parar. Me lo pasé el mismo día que salió a la venta”.

Al ver que, año tras año, se mantenían las celebraciones del “Mes de DOOM”, sus seres queridos tomaron nota y empezaron a mostrarle su apoyo con regalos tematizados con los que comenzó a formar una colección sobre la saga. “Así conseguí algunos artículos realmente interesantes que ni sabía que existían”, recuerda. “Hasta mi padre quiso participar un año y me regaló un cráneo de color morado porque le sonaba a DOOM. Tengo que reconocerle la tenacidad, como mínimo”.

Gracias a sus amigos y familia, esta colección de artículos de DOOM no tardó en convertirse en un impresionante relicario dedicado a la saga. “Si tuviera que escoger mi artículo de DOOM preferido, sería alguno de los que me han regalado. Porque se tomaron la molestia de compartir mi amor por DOOM o, como poco, de celebrar junto a mí la alegría que me brinda”.

El bueno de Sargeant no tardaría mucho en dirigir su atención hacia el nuevo título de la saga para los festejos del “Mes de DOOM”. DOOM Eternal se presentó en el E3 de 2018, donde se anunció también que, pocos meses más tarde, en la QuakeCon, se mostraría un primer tráiler de juego. “Algo en mi interior me dijo que hiciera aquel viaje”, nos cuenta Sargeant. Reservó un vuelo a Texas y asistió a su primera QuakeCon. “Nunca habría pensado que un día estaría allí”, recuerda. “Me sentí como si volviera a ser un niño”.

La mera idea de que al día siguiente podría ver en vivo y en directo el nuevo juego le impidió pegar ojo aquella noche. “No hacía más que dar vueltas y vueltas en la cama, nervioso como un niño en Nochebuena”, asegura. La mañana siguiente, agotado y despierto solo gracias a una combinación de adrenalina y dos bebidas energéticas, era el primero de la cola. Tras varias horas de espera, vio aparecer al director del estudio id Software, Tim Willits. “Me quedé como hechizado”, asegura. “Tim no tenía ni idea de lo que significa DOOM para mí”.

“Bueno, quiero sacarme una foto con el primero de la cola para ver DOOM Eternal”, le dijo Tim. Se sacaron la foto y luego Sargeant siguió esperando hasta que, por fin, se abrieron las puertas.

Se buscó un asiento en primera fila, cerca del escenario y los gigantescos monitores, para no perderse nada. “Grité de pura emoción junto con todos los demás. Las luces se atenuaron y la música fue subiendo y subiendo en intensidad, con un bajo atronador, hasta que, de repente, apareció el logotipo de DOOM Eternal. Entonces, en medio de un nuevo solo de guitarra, desapareció para dar paso a la palabra que me cambió la vida”.

Las imágenes de juego de DOOM Eternal provocaron a Sargeant Ranger Lopez un torrente de emociones. “En todas las cosas divertidas que he hecho en mi vida y todos los amigos que he conocido, DOOM siempre ha estado ahí, de una forma u otra. Me ha ayudado a superar momentos duros y, con el paso del tiempo, ha terminado por convertirse en parte de mí como persona”.

Sargeant reflexiona sobre sus muchos recuerdos relacionados con DOOM, momentos que le han convertido en la persona que es hoy en día y siguen modelándole de cara al futuro. “No puedes coger un solo recuerdo de 25 años y decir que es tu favorito. Todos son importantes”.

Gracias, Sargeant Ranger Lopez, por tomarte la molestia de charlar con nosotros sobre tus mejores recuerdos con DOOM.